Ser profesional

Ser profesional

31 de agosto de 2022 Transformación 0

El mercado busca profesionales. Las empresas buscan profesionales. Las personas quieren trabajar con profesionales. Pero ¿Estamos seguros de lo que significa ser profesional? ¿Cómo definimos lo que es un profesional de verdad?

Cuando hablamos con otras personas en entornos de trabajo o de empresa, muchas veces nos categorizamos o lo hacemos a otros como «profesionales», como si fuera algo excelso, pero sin definir claramente a qué nos referimos. Hoy te voy a hablar de ello porque ser profesional no es un título que se compre en un centro comercial o lo den en ciertas universidades inscribiéndose en algún grado.

¿Qué significa ser profesional?

Solemos usarla indiscriminadamente y eso nos puede generar conflictos internos y externos con las personas con las que nos relacionemos. Por eso, lo primero que deberíamos tener claro es qué significa esa palabra. Recuerda que nuestro lenguaje influye en el tipo de comunicación que conseguimos. Según la RAE, «profesional» se refiere a:

Dicho de una persona: Que ejerce una profesión.

Dicho de una persona: Que ejerce su profesión con capacidad y aplicación relevantes

Entonces ¿de qué estamos hablando? ¿de alguien que ejerce su profesión? Si fuera solo eso, cualquiera podría decirse que lo es. Todos diríamos que lo somos. Por el otro lado, hacerlo con capacidad y aplicación relevantes tampoco define demasiado, porque ¿Cómo se mide esa relevancia? ¿Quién decide que sea o no sea relevante? ¿Con qué criterio? Definitivamente, tenemos claro que ser profesional no es un título y que hace falta algún parámetro con que medirlo.

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ser profesional

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Ser profesional

Sin embargo, cuando decimos «soy un profesional o «Juan es un profesional», creemos que todo el mundo entiende lo que queremos decir. En la primera, a veces es nuestro ego el que habla, aunque eso sería otro análisis con mucho recorrido. Y el problema está en ese detalle, que simplemente creemos que lo comprenden, pero la realidad es que no es cierto. Y por experiencia, cada uno tenemos un concepto diferente de lo que significa ser profesional, y en algunos casos se les denomina así a personas que solo ejercen una profesión y punto. Para mí es mucho más.

En mi criterio

Ser profesional requiere no solo amplios conocimientos de aquello a lo que uno se dedica, sino algo mucho más importante: actitud y dedicación.

Me refiero a que el conocimiento es importante, por supuesto. Pero no basta, hacen falta más elementos. Lo mejor de todo es que algunos de ellos no son físicos, sino que están en tu forma de pensar. Por eso digo lo de que ser profesional no es un título que se consiga con una serie de horas de vuelo en un determinado sector.

Los 7 hábitos de un buen profesional del siglo XXI

En pleno siglo XXI ser profesional requiere tener una actitud y hábitos que te distinguen del resto. Voy a decirte algunos que, por experiencia de observar a muchas personas de éxito, considero imprescindibles:

1.- Dar lo mejor

Un buen profesional da lo mejor. Es necesario enfocarte en dar el mejor servicio, en hacerlo lo mejor posible de que seas capaz, y estar pensando de continuo en cómo mejorarlo. Y eso requiere, como decía antes, conocimiento, experiencia, seguir aprendiendo para mejorar lo que haces y siempre estar vigilante para que no se escapen los detalles. Y si, por lo que sea, algo no sale al 100% de como queríamos, reconocerlo para seguir aprendiendo.

2.- Transparencia

La llegada de internet y las redes sociales rompieron las reglas del mercado y la transparencia en todos los sectores es imprescindible. Y cuando digo transparencia, es completa. Hoy todo es visible, compartible y corre como la pólvora. Si engañas a un cliente, si le das el 50% de lo que te contrató o no te esmeras en dar lo mejor… se sabrá. Ser profesional significa no solo hacer lo mejor que sepamos, sino que no ocultemos nada, ser transparente con todo lo que eso implica.

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aportar valor

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3.- Aportar valor

Otra de las actitudes clave para ser profesional es el enfoque de aportar valor. No se trata de cubrir el expediente y hacer lo justo, sino que el cliente perciba que aparte de lo que nos ha contratado, nos enfocamos en aportarle un valor mayor del precio que ha pagado. Aunque no tuviéramos obligación de hacerlo.

4.- Aprendizaje continuo

Ya no sirve con aprender una profesión y vivir de ella toda la vida. Puede haber alguna excepción, pero en general, la vida va a tal ritmo que es necesario seguir aprendiendo nuevas materias o disciplinas que aporten o enriquezcan lo que hacemos. Y el abanico es muy amplio, ya que, desde nuevos avances, ideas, estrategias, disciplinas complementarias, herramientas físicas o digitales… y mil cosas más, pueden ayudarnos a no solo ser profesional, sino ser mejor profesional.

5.- Soft Skills

Lo que se denomina habilidades blandas o soft skills han pasado a ser un elemento esencial de un buen profesional. Ya no sirve con dar un servicio, sino que es importante entender y comprender al cliente, sus emociones, lo que piensa, lo que necesita, lo que siente para adaptarnos a ello. No es lo que queremos vender sino lo que el cliente quiere comprar, y si no usamos este tipo de disciplinas, por ejemplo, la inteligencia emocional, para empatizar con él, estamos dejando de ser buenos profesionales.

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6.- Relaciones y Networking

Conocer a alguien, sea un potencial cliente o solo un contacto, nos abre un nuevo mundo de posibilidades que ni nos imaginamos. Solo lo descubrimos si nos relacionamos con ella pensando en tratar de conocer a esa persona, pero conocerla por dentro. Me refiero a cómo piensa, sus inquietudes, sus necesidades, sueños, enfermedades, objetivos personales y profesionales, su enfoque vital, sus talentos, sus carencias. Algo tan simple cómo conocerla por dentro. Al hacerlo podremos encontrar cómo y dónde aportarle valor, y eso hará la diferencia con el resto de las personas que conoce. Pero ser profesional implica también que eso nos lleva a aprender cientos de detalles que esa persona domina y nosotros no.

7.- Escucha activa

La mayoría de los vendedores y empresarios de éxito entienden esto a la primera. El resto de los mortales lo hemos hecho durante años justo al revés. Si quieres ser profesional, no sirve con tener buena labia, o dejar que el cliente hable. No es suficiente, es imprescindible que escuchemos con atención, con interés y tratando de comprenderle al máximo lo que quiere contarnos o transmitirnos. No se trata de esperar que respire para explicarle nuestro speech. La escucha activa comprende ese enfoque diferente.

En resumen

Todo lo que te he contado es mi opinión y sólo mi opinión, pero basada en la experiencia de haberlas aprendido y observado en docenas de personas que están triunfando. Personas que cuando escuchas hablar de ellas, todo el mundo tiene la misma opinión: son grandes profesionales. Las practico, me esfuerzo cada día en mejorarlas, y no tengo duda que la lista completa es mucho más larga, pero estas son imprescindibles, las más esenciales.

Son actitudes que son sencillas de entender pero que requieren esfuerzo y práctica durante tiempo hasta que se consiguen instalar en la mente como forma de pensar y actuar.

¿Y ahora qué?

Ahora eres tú quien decide qué hacer con todo ello. Puedes creerme o juzgar todo lo que te he contado, y seguramente no sea la primera vez que has escuchado o leído listas similares a esta. Lo importante no es lo que leas, sino lo que hagas con lo que leas o escuches.

¿Quieres ser profesional? ¿Un gran profesional? ¿Un profesional mediocre que sobrevive o uno que triunfa y que despierta admiración y empatía? Pues ya sabes. Las cartas del triunfo están en tu mano, tú decides como jugarlas. La partida ya ha empezado.

Ser un gran profesional requiere esfuerzo. Pero no serlo, requiere pagar un precio mucho más alto durante muchos más años

 

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