Estados emocionales libres o secuestrados

Estados emocionales libres o secuestrados

8 de agosto de 2022 Emociones 0

No soy de hacer balances en los meses de diciembre porque para mis los años profesionales van del 1 de septiembre al 31 de agosto. Ahora que se acerca ese «fin de año» puede ser buen momento de hacerlo para entender si tengo los estados emocionales libres o secuestrados. Ahora te explico a qué me refiero.

Si me pusiera hacer un repaso de estos últimos 24 meses, creo que me sería complicado no ver la parte positiva. Cierto que ha habido muchos momentos de incertidumbre. Otros de no estar precisamente contento por la falta de salud de algunos amigos, familiares o personas allegadas a los que el bicho ha tocado de pleno. Incluso algunos que se han marchado para siempre y con los que no podré compartir más tiempo ni momentos.

Nos hemos visto rodeados de dolor, tristeza, rabia, miedo, incertidumbre, furia e impotencia

Pero como aprendí de mi amigo Juanra Doral, en vez de pensar en su pérdida, puedo elegir pensar que tuve el enorme privilegio de haber podido conocerlos, tenerlos cerca durante cierto tiempo, años y disfrutar juntos de la vida.

Resumiendo el 2020

Hace tiempo, una persona me pedía que resumiera 2020 en una sola palabra y aunque lo hice, no me quedé nada satisfecho con mi respuesta. ¿Por qué? Pues porque con una palabra se me quedaba muy corta la explicación de todo ese periodo. Mi palabra fue Felicidad y creo que resume mucho de lo que viví ese año.

El resumen de mi 2020 fue la palabra «Felicidad»

Pero con esa palabra no llegaba a explicar todo, ya que no voy a negar algo evidente y es que hubo dolor. Hablo del dolor que vi en muchas personas cercanas, que viví con ellas, y que me dolió a mí también. Así como haber visto la incertidumbre, desesperación y frustración de muchos amigos y conocidos por sus despidos, cierre de negocios o falta de rumbo ante la realidad que impedía abrir sus negocios o comercios. En algunos casos incluso cercanos a la depresión. Y ahí viene la pregunta que hay de fondo. En ese momento ¿tenía mis estados emocionales libres o secuestrados? No voy a responder aun, sigamos avanzando.

Lo que ocurrió, es una realidad demasiado obvia para negarla o negármela. Ocurrió, e insisto que generó dolor y yo lo viví como no podía ser de otra forma. Pero a lo que si me niego es a que esa realidad me atenace y secuestre emocionalmente las 24 horas impidiéndome seguir viviendo y disfrutando de la vida. Eso no quiere decir que borre de mi mente a las personas que se fueron, ni que baile pensando en ellas. Ni que disfrute pensando la incertidumbre de negocios o laboral del resto. No se trata de eso.

Estados emocionales libres o secuestrados

Liberar emociones y sentimientos

No, de lo que hablo es que puedo sentir esas emociones en un momento dado. Puedo liberar los sentimientos y dejarme llevar por los estados emocionales que surjan. La cuestión es que un momento después quiero volver a mi vida cotidiana y poder funcionar. Para ello necesito imprescindiblemente disponer de todas mis capacidades al máximo nivel para seguir viviendo.

Y si arrastro la pena, la decepción, la rabia o incluso la cólera de la impotencia por lo vivido, con ninguna de ellos me va a ser posible centrarme y trabajar al cien por cien. Aquí es donde vuelve la pregunta ¿tengo los estados emocionales libres o secuestrados? Ahora sí que no hay duda en la respuesta: si no lo controlo, determinados estados emocionales van a secuestrarme y me tendrán preso.

Estados emocionales ¿libres o secuestrados?

¿Y por qué dije «felicidad»? pues porque en ese año 2020 redescubrí algo que sabía desde hace muchos años y que había olvidado por completo. Que yo sea y me sienta feliz es una oportunidad que solo se me brinda a mí.

La felicidad es una decisión interior.

Nadie me puede impedir ser feliz si yo me lo propongo y nadie me puede obligar a sentirlo si yo no quiero.

Y yo me lo propuse el mismo día que lo comprendí. Durante años había vuelto a comportarme como un ser reactivo ante lo que ocurría de piel para afuera. Dejaba que mis estados emocionales quedaran secuestrados por cosas o sucesos externos o incluso por las palabras de otros. Pero cuando aprendí en vivo y en directo la herramienta de PNL (Programación Neurolingüística) «Los 6 pasos a la libertad» de boca de dos maestros como son Frank Pucelik y Enrique Jurado, reaprendí algo que había leído en algunos libros 30 años atrás y de nuevo comprendí que ya no necesito plantearme si tengo los estados emocionales libres o secuestrados.

Aprender y practicar para ser libre emocionalmente

Es más sencillo. Sólo tengo que ver qué estado emocional tengo en cada momento. Si me gusta o creo que es el más apropiado para lo que estoy haciendo pues sigo con él. Y en caso de que no lo sea…

decidir qué estado emocional quiero, y cambiarlo. Es cuestión de un par de segundos. No tiene más misterio.

Ya sé que estarás pensando que no puede ser tan fácil. Efectivamente, yo no he dicho que sea fácil, solo digo que es sencillo. Se aprende la técnica, que como ya he mencionado son sólo 6 pasos. Se prueba, se experimente y se comprueba que funciona. El resto, es practicar, practicar y practicar, 10 minutos al día durante 90 días. En mi caso era tan importante que decidí hacerlo 30 minutos diarios durante 180 días. Eso me ha permitido dominarla y que el cambio se realice casi siempre de forma automática o como mucho en 3 o 4 segundos.

¿Te imaginas poder decidir en qué estado quieres vivir cada momento y poder hacerlo las 24 horas del día?

Poder decidir… ahora quiero sentir PAZ completa para disfrutar este momento de introspección interior. Ahora quiero sentirme feliz para compartir mi FELICIDAD con mis amigos. Y en otro momento con una SEGURIDAD infinita para una reunión, una entrevista de trabajo o una negociación. O ENTUSIASMO porque el momento lo requiere. Y en otros momentos lleno de AMOR para pasar el día con mi pareja o mis hijos. ¿Te imaginas? Dependiendo de lo que haga o con quien esté, poder cambiarlo en unos segundos. Pues es posible.

No puedo cambiar lo que ocurra en el mundo, en mi país, ciudad o familia, Pero lo que sí puedo es dominar mis estados emocionales para poder continuar llevando el timón de mi vida, ser eficaz en mi trabajo y sobre todo poder seguir siendo feliz la mayor parte del tiempo. Y nadie ni nada me lo puede impedir. Y a ti tampoco.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
1
Hola, soy Antonio 👋
¿En qué puedo ayudarte?